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El incio de los tratamientos

Medicina Holística

En vista que mi panorama no era muy alentador, comencé todo tipo de terapias alternativas para tratar mi enfermedad - a este punto es importante mencionar que siempre he estado más ligada a la medicina holística que la alópata. Es algo de familia, no solemos ingerir muchos medicamentos (a no ser que sea muy necesario), por el contrario, preferimos buscar alternativas más naturales y menos invasivas y agresivas para sobrellevar cualquier dolencia o malestar, y por lo mismo, me atrevería decir que siempre hemos seguido una alimentación bastante sana, de pequeña no solíamos consumir dulces, snacks y ni hablar de la comida chatarra. Ahora más grandes (mis dos hermanas y yo) ya de vez en cuando comemos otras cosas, ya saben, al crecer comienzan las salidas con los amigos(as), los pololos y con eso las siempre bienvenidas salidas a comer jaja. Sin embargo, a pesar de todo eso me atrevería a decir que aún, por costumbre, seguimos alimentándonos de forma bastante sana, dentro de todo - Así entonces, comencé distintas terapias como reiki, trabajo con arquetipos, el cuidado de la alimentación, mucho trabajo energético y espiritual que me fue de gran ayuda.

 

Así se pasaron casi dos años, de distintas terapias, de trabajo personal, de viajes a Santiago, controles médicos, etc, etc. 

 

Si bien, en el ámbito natural no hay nada aun que logre revertir un daño renal tan avanzado (porque créanme, busqué mucho) en ningún momento me arrepiento de haberme ido por ese camino en un inicio y de no haber adelantado el proceso de diálisis, puesto que este tratamiento que ofrece la medicina alópata tampoco me ofrece una cura. La diálisis me ofrece limpiar mi organismo y darme una mejor calidad de vida (hasta cierto punto) mientras mi riñón sigue su deterioro, asi es que decidí seguir buscando alternativas puesto que durante esos dos años no presenté ningún síntoma, ningún malestar. Todos se sorprendían al verme, decían que no parecía estar enferma, que era todo muy raro, que cómo podía estar viviendo con (a esa altura) un 10% de funcionalidad renal.

 

Por otra parte, si bien no logré revertir el daño renal, si logré frenar la rapidez con la que venían deteriorándose a base de medicamentos naturales, las terapias me ayudaron en todos los demás niveles posibles, me dieron vitalidad, fortaleza, fé y ánimos de seguir adelante. Me ayudó a proteger todos mis demás órganos evitando el compromiso de los mismos durante la enfermedad, me ayudó a mantenerme en muy buen estado a pesar de que mis riñones ya casi no filtraban nada. Para qué decir en lo espiritual, fue una re-conexión con Dios, con el universo y conmigo misma, una re-conexión con mi interior, con mi cuerpo físico, mi alma y mi espíritu. Pensaba que era una persona de fé, pero me di cuenta de lo superficial que eso significaba para mi hasta ese entonces, y diría que ahora si re-descubrí mi espiritualidad (que no tiene que estar ligada necesariamente a una religión).

 

Yo soy una completa convencida de que toda molestia, dolencia y enfermedad, comienzan a nivel del alma, a nivel emocional y psicológico, NO A NIVEL FISICO. La manifestación física no es más que una señal para que atendamos a la real causa, es como una alarma que nos está diciendo: "hey, pon atención aquí". Pero vivimos en una sociedad que solo nos ha enseñado a callar esa señal de alarma con medicamentos, nos dedicamos a silenciar los síntomas, pero no a combatir las causas, es por eso que en algunos casos la enfermedad vuelve más tarde. De acuerdo a ésto, yo aún estoy en esa búsqueda, intentando averiguar por qué, para qué esta enfermedad llegó a mi vida.

 

Medicina Alópata

Si bien seguí con las terapias alternativas que me han sido de gran ayuda para sobrellevar esta enfermedad hasta el día de hoy, igualmente tuve que comenzar mi tratamiento alópata, y con esto quiero dejar muy en claro que EN NINGUN MOMENTO recomendaría a las personas abandonar sus tratamientos por uno alternativo, al menos no mientras no tengan un resultado concreto con la terapia. Creo que ambos deben ser complementados en la medida que cada uno estime conveniente, como ven, yo me demoré bastante en empezar el tratamiento alópata, pero fue porque así yo lo decidí con completa responsabilidad y considerando todas mis opciones. Creo que cada uno tiene un tiempo y momento determinado para hacer las cosas, solo hay que escuchar a nuestro organismo.

Como decía, tuve que iniciar el tratamiento alópata, ya que ya que comencé a sentir mis primeros síntomas; la uremia ya estaba muy alta y comencé con un dolor de estómago que no asocié a mi enfermedad. Tuve dolor, decaimiento, fiebre y dolor de cuerpo, seguido por un fuerte dolor en el pecho a los tres días después. El dolor no cesó, al contrario, ya era molesto incluso respirar, cualquier posición me molestaba, me costó mucho dormir en toda la noche, asique me puse en contacto con el nefrólogo y me vio al día siguiente. Me dijo que efectivamente tenía un síndrome urémico, me volvió a hablar de la diálisis y todo eso, pero por esas cosas de la vida, ese día se me pasó todo! Me molestaba pero ya no tenía el dolor intenso, de hecho, él me examinó y no encontró nada en mi corazón. Yo insistí en el dolor y me contactó con un cardiólogo para realizar un eco cardiograma ese mismo día, el resultado: un "leve derrame pericárdico". Sin embargo, solo me recetó un analgésico para el dolor (porque por mi riñón no podía tomar otros medicamentos), me fui a la casa y el dolor no ceso. 

 

Hospitalización

El dolor incrementó, creo que desde que era niña hasta ese momento de mi vida que no lloraba de dolor, literalmente, llorando. Fue tanto que tuve que ir a urgencias en la madrugada, eran las 4 de la mañana y yo esperando que me viera el médico de turno. 

 

Una vez en la clínica, y con los exámenes correspondientes, pasó lo que temía: HOSPITALIZACIÓN. Me internaron en la clínica de urgencia porque tenía que dializarme ese mismo día. No me preocupaba tanto la diálisis, ya que sabía que en algún momento debía hacerlo si o si, pero no hasta que fuera estrictamente necesario como ahora; lo que me preocupaba era la hospitalización, pero bueno. Alrededor de las doce del día me ingresaron a pabellón, anestesia loca, y me colocaron el primer catéter en el cuello. Definitivamente la peor experiencia, el cirujano no me gustó para nada, muy brusco y me hizo doler mucho a pesar de la anestesia, asique si lee ésto ojala que cambie sus tácticas para con otros paciente. Me operaron y me trasladaron a la UTI (Unidad de Tratamientos Intermedios) donde debo decir que se portaron un siete conmigo. Allí comencé las diálisis intensivas, todos los días empezando con 6 horas, después 5 y luego 4.

 

Me había olvidado comentar que el dolor del pecho se me pasó a penas llegué a la clínica… con suero y analgésico endovenoso antes de la diálisis y la operación, y nunca más volví a sentirlo, gracias a Dios. Pero para mi desgracia, el derrame pericárdico no disminuyó con las diálisis, sino que aumentó a nivel moderado. Seguí con las diálisis, y como a las dos semana me trasladaron a pieza, ya comenzaba a ver una lucecita en el camino, más aun cuando comenzaron a dializarme de forma ambulatoria; me sacaban de la clínica a dializarme y luego volvía... al menos era algo. Con eso pasó más o menos otra semana más, y se comenzó a hablar de mi próxima operación para cambiar el catéter al pecho (no podía irme con el del cuello, en la sección de diálisis les contaré por qué) y debían hacerme la fístula, una vez con eso listo me podía ir a la casa. Pero el universo decidió que no era momento de irme, y al hacerme nuevamente el eco cardiograma, el derrame ahora era severo (y yo sin síntomas, si hasta en la clínica se reían porque me veía de lo más bien). Volví a la UTI y comencé nuevamente las diálisis intensivas ahí, pero ahora eran 8 horas diarias... claro que estando hospitalizada no era tanta diferencia estar o no conectada a una maquina.  

 

En fin, estuve así más o menos otra semana más hasta hacerme nuevamente el examen... fuí muy nerviosa pero con mucha fé, ya que si el derrame seguía igual o, por el contrario, aumentaba entonces debía entrar a pabellón y retirar el líquido con una cirugía y luego quedar con un drenaje (un tubito en el pecho). Gracias a Dios eso no fue necesario ya que el derrame había disminuido a "moderado", y tras unos días ya era muy leve, por lo que fuí trasladada nuevamente a pieza. Volví a la diálisis ambulatoria y ahora sí se programó mi operación, y comenzando la cuarta semana entré a pabellón con anestesia general y salí con mi fístula y mi catéter en el pecho; muy adolorida pero con fé de que ya me iría pronto a casa. A los tres días volví a la diálisis ambulatoria para probar el catéter, todo funcionó de maravilla asique me dieron el alta al completar un mes exacto en la clínica. 

No dudes en contactarme ante cualquier duda, si quieres compartir tu experiencia o solo necesitas conversar ;) 

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